El Pacto de Gracia
Rev. Angus Stewart
De acuerdo con las doctrinas Bíblicas y Reformadas del Calvinismo, creemos que el Pacto de Gracia es un Pacto de Gracia soberana, particular e irresistible, arraigada en la eterna elección incondicional en Jesucristo, pues "la elección es la fuente de todo bien salvador, desde donde proceden la fe, la santidad y los demás dones de la salvación y finalmente la vida eterna, con sus frutos y efectos" (Cánones de Dort I: 9; Ef 1:4). El Dios Trino, "confirmó el nuevo pacto" por "la muerte preciosa de su Hijo" para "todos aquellos, y sólo aquellos, que fueron desde la eternidad elegidos para la salvación y que le fueron dados por el Padre" (Cánones II: 8; Juan 10:14-15, 26). Como dice el Catecismo Mayor de Westminster en la respuesta 31: "El Pacto de Gracia fue hecho con Cristo como el segundo Adán, y en él con todos los elegidos como su simiente" (cf. Gal. 3:16, 29).
El Pacto de Gracia, las promesas de ese Pacto, la Salvación en el Pacto y las bendiciones del Pacto son tratadas por completo en las Escrituras en Romanos 9:6-24, el gran pasaje que trata la soberana e incondicional doble predestinación, consistente en la elección eterna y la reprobación, en la línea del Pacto de Abraham, Isaac y Jacob y la nación del Pacto Israel. "Así que", el apóstol concluye, la salvación (salvación Pactual) no es del que quiere [es decir, de la presunta voluntad del hombre], ni del que corre [es decir, de los esfuerzos de los hombres y las obras], sino de Dios que tiene misericordia (Rom. 9:16; cf. Rom 4:16;.. Efesios 2:8-9).
La fórmula del Pacto identifica a Jehová como nuestro Dios (para salvar, socorrer, glorificar y residir con nosotros por siempre) y nosotros ser Su pueblo (confiar, caminar y vivir con Él en santidad y en paz). Jehová hace un retrato de su Pacto cuando mora con nosotros o como la relación de la esposa con el esposo o el padre con sus hijos. Abraham como el padre de todos los creyentes (Rom. 4:11-18), con quien magnifica Dios su Pacto (Gen. 15, 17, Gal 3), es llamado "amigo de Dios" (II Crónicas 20:7; Isa. 41:8, Santiago 2:23). Así el Pacto con Dios es una maravillosa unión, de comunión y compañerismo con Él en Jesucristo por el Espíritu Santo, para que por la gracia creamos en Él, nos arrepintamos de nuestros pecados, lo amemos a él, le adoremos, hagamos buenas obras, y guardemos sus mandamientos con el corazón y con gratitud (Isaías 55:3-5; Jeremías 31:31-34; 32:40; Eze 36:25-28).
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Traducido por: Joyce Álvarez León.
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