Rev. Steven Houck
¿Conoces al verdadero Dios? No al Dios de la imaginación del hombre, pero al Dios que está descrito en la Biblia. ¿Lo conoces íntimamente de manera que lo amas y sirves? Esta es una pregunta muy importante. La Biblia nos enseña que la vida eterna es conocer a Dios y a Su Hijo Jesucristo. Jesús dice, "Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, quien tú has enviado" (Juan 17:3) Si tu vas a tener vida eterna y vas a vivir con Dios en el cielo para siempre, tienes que conocer a Dios y a Su Hijo Jesucristo.
La Biblia nos enseña que Dios es muy grande y lleno de gloria. Que El es el Dios Altísimo. El Señor domina sobre todas las naciones; Su gloria está sobre los cielos. ¿Quién como el Señor nuestro Dios, que tiene Su trono en las alturas y se digna contemplar los cielos y la tierra? (Salmo 113:4-6). Dios es tan grande, que nadie es como El. No hay un ser en todo el mundo que pueda ser comparado a Dios. Dios es tres personas en un ser divino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dios es infinito, autosuficiente, inmutable y soberano. El es todo poderoso, omnisciente, y omnipresente. El Dios del cielo y la tierra es el Dios santo, recto y justo. Está lleno de amor, gracia y verdad. El es tan grande que Su gloria está sobre todas las naciones e incluyendo los cielos. No somos nada en comparación a El. Todas las naciones no son nada en su presencia; no tienen para Él valor alguno. (Isaías 40:17).
La grandeza de Dios puede ser vista en las obras de Sus manos. La Biblia nos enseña que Dios es el creador de todas las cosas. En Génesis 1:1 leemos: Dios en el principio, creó los cielos y la tierra. El universo no se creó por un proceso de evolución. Fue creado por Dios en seis días. Dios habló su palabra y la palabra fue creada. Por la palabra del Señor fueron creados los cielos, y por el soplo de su boca, las estrellas…porque él habló, y todo fue creado; dio una orden, y todo quedó firme. (Salmo 33:6,9). Dios es tan grande, que hizo el mundo de la nada. La Biblia nos enseña: Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. (Hebreos 11:3). Cada criatura, te incluye a ti, tú le debes tu existencia a Dios.
Dios, no es solo el creador del universo, pero es Dios el que sostiene el mundo. El sostiene el mundo para que continúe existiendo. Tú, O Jehová, eres solo; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, y toda su milicia, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificarás todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran. (Nehemías 9:6). Sin el poder perseverante de Dios, este mundo dejaría de existir. No puedes ser nada y no puedes hacer nada sin el sostén de Dios. Ni es honrado con manos de hombres, necesitado de algo; pues él da a todos vida y respiración y todas las cosas… Porque en el vivimos, y nos movemos y somos; como también algunos de vuestros poetas dijeron Porque linaje de éste somos también. (Hechos 17:25,28). No puedes siquiera moverte sin Su poder sustentador.
La grandeza de Dios es mostrada no solo en su creación o poder sustentador del mundo, pero por su control hacia este. Dios es soberano. Jehová afirmó en los cielos su trono; Y su reino domina sobre todos. (Salmo 103:19). La cuál a su tiempo mostrará el Bienaventurado y solo Poderoso, Rey de reyes, y Señor de señores. (1 Timoteo 6:25). El no es un Dios débil que su voluntad se ve frustrada por la criatura. El es el Rey eterno que gobierna sobre todas las cosas, incluyéndote a ti y a mí. Tan El controla todas las cosas, que El provoca lo que desde la eternidad ha planeado para el mundo y para cada uno en el. En él digo, que quien asimismo tuvimos suerte, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el consejo de su voluntad (Efesios 1:11). Dios es tu Rey y Gobernante.
Así que ninguna criatura en todo el mundo es independiente de Dios. Todos lo necesitamos. Le debes tu vida al Dios verdadero. Incluso, Dios te creó para su gloria. La Biblia dice acerca de Dios: Señor, digno eres de recibir gloria y honra y virtud: porque tu creaste todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron creadas (Apocalipsis 4:11). No fuiste creado para tu propio placer. No fuiste creado simplemente para que existieras. Fuiste creado para el placer y la gloria de Dios.
Debido a que Dios es el gran Creador, lleno de gloria, Sustentador, Soberano de este mundo, El es digno de tu honor y respeto. Leemos en la Biblia, Señor, digno eres de recibir gloria y honra y virtud: porque tu creaste todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron creadas (Apocalipsis 4:11). En todas sus obras, El se muestra tan maravilloso y magnífico, que provoca gran admiración hacia El. Dios requiere que tú le temas y le rindas reverencia. Tema a Jehová toda la tierra: Teman de el todos los habitadores del mundo (Salmo 33:8). Esta no es una opción. Es un mandato de Dios. Estás obligado moralmente a tener un profundo respeto por tu Creador.
La reverencia que Dios requiere de ti debe ser expresada en adoración, gratitud y servicio. Como criaturas de Dios, debemos adorarle. Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro hacedor. (Salmo 95:6). Dios te llama que lo reconozcas como Creador, Sustentador, Soberano y te arrodilles delante del Señor en adoración. Tu adoración debe ser una expresión de tu gratitud de todo lo que tu Creador ha hecho por ti. La Biblia incluso nos llama a cantar alabanzas a El. Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra… Entrad por sus puertas con reconocimiento, por sus atrios con alabanza: Alabadle, bendecid su nombre (Salmo 100:1,4). Tu vida entera debe ser dedicada al servicio de Dios. Todos tus talentos, tiempo, y recursos deben ser usados para Su gloria. Jesús dijo: … Vete de mi, Satanás, porque escrito está: A tu Señor Dios adorarás y a él solo servirás. (Lucas 4:8)
Adoración, acción de gracias y servicio son expresados en obediencia a Sus mandamientos. La Biblia dice: El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. (Eclesiastés 12:13). Tu deber a Dios ha sido dado por la ley de Dios. En los diez mandamientos El te dice lo que requiere de ti. La ley de Dios es encontrada en la Biblia en los primeros 17 versículos de Éxodo, capítulo 20.
En el primer mandamiento aprendes tu deber especifico hacia Dios.
Tienes que tener solo un Dios, el Dios verdadero de la Biblia. Solamente El tiene que ser tu objeto de amor y adoración. Todos los otros dioses, son falsos. Los dioses de otras religiones y los dioses de placer, dinero, y poder, son desechados.
No puedes representar a Dios con ninguna imagen, ni adorarlo a través de ella. Tienes que adorar a Dios escuchando y obedeciendo la predicación de Su palabra.
Dios prohíbe usar su nombre en vano al maldecir, jurar y usar su nombre ligeramente. Tienes que tener extremado cuidado de temer y reverenciar su Santo nombre.
Dios te llama a guardar el día de reposo (Domingo). Es un día especial. No debes usarlo para trabajar o recreación, pero para el servicio y adoración de Dios. Tienes que atender los servicios de la iglesia donde la verdad de la Palabra es predicada.
Dios no solo requiere que te comportes de cierta manera hacia El, pero que tú actúes de cierta manera hacia la humanidad también. Estos deberes están en los últimos seis mandamientos.
Tienes que honrar a tu padre y madre todos los días de tu vida y todos en autoridad sobre ti como tu gobierno, los lideres de la iglesia, y tu jefe del trabajo. Este honor es expresado en respeto, sujeción y obediencia.
Dios prohíbe que odies, lastimes y mates a ninguna persona incluyéndote a ti. Dios detesta envidia, odio, enojo, y deseos de venganza. Incluso tienes que amar a tus enemigos.
No puedes tener sexo con nadie que pertenece a alguien más que no sea tu esposo o esposa legalmente. Dios también prohíbe adulterio del corazón – pensamientos y deseos lujuriosos.
No puedes robar nada que le pertenezca a alguien más. Tienes que ganarte tus posesiones con un trabajo honesto.
No puedes levantar falso testimonio contra nadie por calumnia, difamación, y esparciendo rumores. Cualquier mentira es prohibida.
No puedes codiciar (desear en tu corazón) nada que le pertenece a alguien mas.
Es evidente que Dios requiere no solo obediencia externa, sino obediencia del corazón. Tu corazón tiene que odiar todo lo que Dios prohíbe y deleitarse en justicia. Jesús nos enseña que la ley de Dios puede ser resumida en una palabra: Amor. El dice: Amarás al Señor tu Dios de todo corazón y de toda tu alma y de toda tu mente. Este es el primero y el grande mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. (Mateo 22:37-40). Dios requiere nada menos que perfecto amor. Lo tienes que amar con todo tu ser. Amor es la base de toda tu reverencia, adoración, acción de gracias y servicio.
Si tú comprendes que Dios es tu Creador, Sustentador, Soberano Rey, que requiere de ti que lo ames y sirvas, tienes que entender algo muy básico acerca de ti. Tú eres un pecador que fallas en cumplir tus obligaciones. No amas, adoras y sirves a Dios como debes. No guardas los 10 mandamientos que Dios te ha dado. Aunque no los desobedezcas exteriormente, rompes cada mandamiento en tu corazón. No amas a Dios con todo tu corazón, alma y fuerzas. Tu vida entera no está consagrada a la adoración y servicio a Dios. Eres malo y debes decir: Pequé, ¿qué te haré, O Guarda de los hombres? ¿Porqué me has puesto contra ti, y que a mi mismo sea pesado?... ¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo? Hazme entender mi prevaricación y mi pecado... He aquí que soy vil, ¿Qué responderé? Mi mano pongo sobre mi boca. (Job 7:20, 13:23, 40:4). Si tú niegas que eres un pecador, estás siendo deshonesto contigo mismo y con Dios. La Biblia dice: Si dijéremos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros (1 Juan 1:8).
Fuera de Su gracia, nadie puede hacer nada que es bueno y agradable a Dios. Todo el mundo se parece en cuanto a que todos son pecadores. Como está escrito: No hay justo; ni aun uno; No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios; Todos se apartaron, a una fueron hechos inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno (Romanos 3:10-12). No hay excepciones. Cada uno falla en cumplir su deber ante Dios. La Biblia dice: todos somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. (Isaías 64:6). Dios requiere perfección, pero el hombre está lejos de ser perfecto.
Tu inhabilidad para cumplir con tu deber ante Dios no se debe atribuir a Dios. El creó al hombre recto y capaz de hacer todo lo que El requiere. Pero nuestro primer padre, Adán, se rebeló contra Dios. El desobedeció a Dios y se cayó de ese estado de rectitud al pecado. Como resultado de esa caída, la naturaleza espiritual de Adán se volvió perversa. En vez de amar y servir a Dios, el amó y sirvió el pecado y al diablo. Esa naturaleza corrupta de Adán es pasada a todos en la posteridad. Porque tú eres descendiente de Adán, también has heredado su naturaleza corrupta. Por consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó a todos los hombres, pues que todos pecaron. (Romanos 5:12). La Biblia le llama a esa corrupción espiritual: muerte – muerte espiritual. Tú pecas porque tu naturaleza espiritual es perversa. Estás espiritualmente muerto. La Biblia habla de la perversidad de la naturaleza espiritual cuando dice, engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? (Jeremías 17:9).
Por otra parte, tu inhabilidad de cumplir tus deberes, no cambia el hecho de que los requerimientos de Dios son los mismos. Dios no ha cambiado. El sigue siendo santo. Los ángeles cantan delante de El Santo, Santo, Santo, Jehová de los ejércitos … (Isaías 6:3). Como El es Santo, Dios es éticamente perfecto. El no puede pecar y no tolera el pecado en otros. Dios odia el pecado y a ellos que lo cometen. La Biblia dice, Porque tú no eres un Dios que ame la maldad: El malo no habitará junto a ti. No estarán los insensatos delante de tus ojos: Aborreces a todos los que obran iniquidad. Destruirás a los que hablan mentira: Al hombre de sangres y de engaño abominará Jehová (Salmo 5:4-6).Dios es un Dios celoso. El dice, Porque no te has de inclinar a dios ajeno; que Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es. (Éxodo 34:14). Aun cuando eres pecador, sigues siendo criatura de Dios y El, celosamente te prohíbe tener otro dios. El Dios Celoso, demanda que le ames, adores y sirvas solo a El.
Ya que el hombre no cumple su deber ante Dios, todos sin excepción son dignos de Su condenación y destrucción eterna. Mereces castigo eterno en el infierno. Dios es tan celoso de su santidad, que tiene que castigar a todo el que peca. Dios celoso y vengador es Jehová; vengador es Jehová, y Señor de ira; Jehová que se venga de sus adversarios, y que guarda enojo para sus enemigos. Jehová es tardo para la ira, y grande en poder, y no tendrá al culpado por inocente. Jehová marcha entre la tempestad y turbión, y las nubes son el polvo de sus pies. (Nahum 1:2-3). Al fin del mundo, Dios va a mandar a los tormentos eternos del infierno a aquellos que no son salvados por Su gracia y quien sigue en pecado. Jesús dice, Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno del fuego: allí será el lloro y el crujir de dientes (Mateo 13:49-50). Fuera de la gracia, no hay escape del castigo eterno y de la ira venidera de Dios.
La situación del hombre es sin esperanza. ¿Cómo podemos escapar la ira de Dios y la destrucción eterna? ¿Cómo, pecadores, pueden llegar a conocer íntimamente a Dios y vivir en unidad con El? ¿Cómo puede un pecador ser santo? Es imposible para el hombre. ¿Quién hará limpio de inmundo? Nadie. (Job 14:4). Pero lo que es imposible para el hombre, no es imposible para Dios. El glorioso Creador, Sustentador, Soberano de este mundo también es el Salvador, quien libera del pecado, muerte e infierno. Dios dice, Yo soy Jehová, y fuera de mí no hay quien se salve (Isaías 43:11). El verdadero Dios no es solo recto y justo que debe castigar pecadores, pero también es un Dios de amor y gracia que muestra misericordia. En su amor y gracia, ha mandado a Jesucristo a lograr la salvación. Dios, en Jesucristo, es el único salvador.
Jesucristo, es el eterno Hijo de Dios, que vino al mundo y tomó en si mismo la naturaleza humana. El es completamente Dios, pero es un verdadero humano. En Cristo… Dios ha sido manifestado en carne … (1 Timoteo 3:16) Su nombre es Emmanuel, que quiere decir: Dios con nosotros (Mateo 1:23). Jesús fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María. Cuando se hizo adulto, predicó el evangelio por tres años y medio. Le dijo a la gente acerca de Dios, Su verdad, y salvación. Sanando enfermos e incluso levantando los muertos a vida, El mostró el poder de Dios para salvación de pecadores. Toda su vida, amó, sirvió y obedeció a Dios perfectamente. Al final de su vida, fue tomado por hombres perversos al Calvario y lo clavaron a una cruz donde El murió, como Dios lo había planeado desde la eternidad. Después de tres días, resucitó. Ascendió al cielo y ahora se sienta a la mano derecha de Dios gobernando el mundo hasta que regrese para juzgar a los vivos y a los muertos.
Por su sacrificio en la cruz, Cristo logró la salvación. Cuando sufrió y murió en la cruz, El cargó en Su cuerpo los pecados de aquellos a quienes salvó. Porque también Cristo padeció una vez por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu (1 Pedro 3:18). Sus pecados han sido otorgados a Cristo y Dios castigó a Cristo en su lugar. Cristo le pagó a Dios, la deuda que se le debía para tener perdón de pecados. Leemos, En el cuál tenemos redención por su sangre, l remisión de pecados (Colosenses 1:4). Por otra parte, toda la rectitud y justicia de Dios es contada como si fuera de ellos; como si ellos amaran, adoraran sirvieran y obedecieran a Dios. Cristo cumplió con los requisitos de Dios en su lugar. Porque como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así por la obediencia de uno los muchos serán constituidos justos. (Romanos 5:19). La muerte de Cristo salva pecadores de la ira y condenación de Dios. Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, mas conforme al espíritu (Romanos 8:1).
Cristo no solo obtuvo salvación por Su sacrificio en la cruz, pero también lo aplica a la vida de aquellos por quienes Dios ha escogido salvar para que disfruten esa salvación. Cristo los resucita de su muerte espiritual a vida espiritual dándoles una nueva naturaleza que ama a Dios. Así dijo Dios, Y os daré un corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis mandamientos, y guardéis mis derechos y los pongáis por obra (Ezequiel 36:26-27). De ese corazón nuevo, Cristo llama a la fe y al arrepentimiento, de manera que el nacido de nuevo se convierta de sus pecados y por fe adore y sirva al Dios verdadero, aun cuando no sea perfecto. Comienza a conocer a Dios como su salvador de una manera personal. Dios camina con el, y le habla para tener un compañerismo con El. Empero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero: y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. (1 Juan 5:20). Cristo trae a creyentes a amistad con el verdadero Dios vivo.
Esta salvación no es el trabajo del hombre. No podemos pensar, decir, hacer nada para la salvación. Es el trabajo de Dios únicamente. La Biblia dice acerca de Dios, Que nos salvó y llamó con vocación santa, no conforme a nuestras obras, mas según el intento suyo y gracia, la cual nos es dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos. (2 Timoteo 1:19). Cristo salva por gracia solamente. La salvación no es algo que merecemos. Es un regalo dado gratuitamente por Jesucristo. Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no es de vosotros, pues es un don de Dio: No por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9). Ningún hombre puede gloriarse de haber contribuido en algo a su salvación. Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia (Romanos 9:16).
Debido a que Dios salva dándole fe al pecador, la salvación es imposible sin fe. Nadie es un verdadero hijo de Dios sin fe. Empero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es menester que e que a Dios se allega, crea que le hay, y que es el galardonador de los que le buscan (Hebreos 11:6). El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al Hijo, no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. (Juan 3:36). ¿Quieres escapar la ira de Dios y la destrucción eterna en el infierno? ¿¿Estás cargado con la carga de pecado y buscas perdón? ¿Tienes el deseo de conocer a Dios y Su Hijo Jesucristo y disfrutar de sus bendiciones y vida eterna? Jesús dice…Tened fe en Dios (Marcos 11:22). Un hombre, una vez preguntó ¿Qué es menester que yo haga para ser salvo? Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa. (Hechos 16:30-31). ¡Dios te llama a creer!
¿Qué es fe verdadera? La fe es tres cosas:
Es conocer ciertas cosas acerca de Dios, Cristo, del hombre y la salvación.
Es reconocer que esos hechos son verdad
Es confiar y depender en el Dios verdadero y Su Hijo Jesucristo como tu salvador.
¿Qué debes creer?
Tienes que creer que Dios es el glorioso Creador, Sustentador, y Soberano del mundo. Tu eres dependiente de El para todas las cosas
Tienes que creer que es tu deber amar, adorar, servir y obedecer a Dios. El glorioso Dios es digno de tu reverencia y honor.
Tienes que creer que eres un pecador incapaz de cumplir tu deber ante Dios. Mereces eterno tormento en el infierno.
Tienes que creer que Dios mandó a Su único Hijo, Jesucristo a salvar pecadores. Cristo logró la salvación al morir en la cruz derramando Su preciosa sangre. Al tercer día resucitó de entre los muertos como un Salvador victorioso. No hay salvación fuera de El.
Tienes que creer que Dios, en Cristo Jesús es tu Salvador quien te libera de tus pecados y te da vida eterna.
La fe verdadera provoca que las personas se arrepientan de sus pecados. No puedes decir que crees en Dios y en Jesús si continúas en tus pecados. Jesús ordena … Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado (Mateo 4:17).
El arrepentimiento, es tres cosas:
Es el reconocimiento del hecho que eres un pecador que necesita salvación.
Es un dolor de Dios por tu pecado. No te lamentas por las consecuencias de tu pecado, te lamentas por el hecho de que pecaste contra Dios, tu Creador, Sustentador y Soberano Dios.
Es alejarse de tus pecados y abandonarlos. No buscas mas vivir una vida pecaminosa, pero buscas a Dios y Su justicia.
La fe verdadera, llena el corazón del creyente con acción de gracias de manera que el quiere obedecer. Provoca en él, ver que tan maravilloso Dios es al salvarlo de sus pecados. Ama a Dios y quiere hacer todo lo que Dios le manda. Aun cuando no puede obedecer Sus mandamientos perfectamente, busca guardarlos. Jesús dice, Si me amas, guardad mis mandamientos (Juan 14:15). El verdadero creyente, mostrará su amor por Dios atendiendo fielmente a la iglesia donde escucha la predicación de la Palabra, la Biblia. Leerá y estudiará la Biblia regularmente. Irá a su Dios en oración cada día. Buscará conocer a Dios más y más, porque sabe que solo tiene un pequeño conocimiento de Dios y el resto de su vida será dedicado a aprender más acerca de Dios y su Hijo Jesucristo.
La persona que tiene fe verdadera no piensa que su fe, arrepentimiento y obediencia son su propio trabajo. No piensa que son su parte en la salvación, como si ayudara a Dios en el proceso. El sabe y cree que todas estas cosas son parte de la salvación y que es un regalo gratuito. No podría tener fe, arrepentimiento, amor y obediencia sin la gracia de Dios trabajando estas cosas en su vida y en su corazón. Jesús dice … sin mí nada podéis hacer (Juan 15:5). Tampoco cree que por su fe o arrepentimiento, amor u obediencia satisface los requerimientos de Dios. El cree que su salvación es basada únicamente en la muerte y resurrección de Jesucristo.
¿Conoces al Dios verdadero y a Su Hijo Jesucristo? ¿Conoces la bendición de tener vida eterna?
Si no, Dios demanda que creas en el nombre de Su Hijo Jesucristo (1 Juan 3:23).
Si ya crees, busca conocer a Dios y a Su Hijo mejor.
Jesús dice, y esto es la vida eterna, que te conozcan el solo Dios verdadero, y a Jesucristo, al cual has enviado.
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