El tema de la
"depravación total" no es uno el cual es generalmente conocido o
confesado dentro del mundo de la iglesia de nuestros días. Por el
contrario, está la tan a menudo repetida expresión que es aún más
popular: "hay algo de malo en los mejores de nosotros y algo de bueno en
los mas malos de nosotros." Este dicho bien conocido señala cómo la
doctrina de la "depravación total" es simplemente rechazada. Por lo
tanto, es importante que nosotros entendamos lo que ésta verdad que
concierne a la depravación total implica. La iglesia y el individuo
Cristiano que ama la Palabra de Dios, deberá sujetarse a esta importante
enseñanza de la Escritura.
Qué es lo que debemos
entender por "depravación total"? La frase está compuesta por dos
palabras cuyos significados son de por sí evidentes. "Depravación"
significa maldad; corrupción; la perversidad propia del hombre
degenerado. El agregar la palabra "total" a la depravación, es enfatizar
sin ninguna sombra de duda la verdad de que no hay bien en lo que fuere
en el hombre natural—en el hombre que es nacido del malvado Adán. La
frase "depravación total" recalca de la manera más fuerte posible la
verdad de la Escritura de que no hay nada bueno en el hombre natural
para nada.
Esta es la sencilla
enseñanza de la Escritura. Abran sus Biblias y primeramente vamos a
Génesis 8:21. Allí leemos, "Y dijo Jehová en su corazón. No volveré más
a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón
del hombre es malo desde su juventud." Usted notará en este pasaje que
lo malo es desde nuestra juventud. Y Dios declara esto inmediatamente
después de la inundación, cuando la única gente en esta tierra fueron
Noé y su familia.
Un segundo pasaje es
el Salmo 51:5, donde David confiesa, "He aquí, en maldad, he sido
formado, y en pecado me concibió mi madre." Usted probablemente ha
escuchado a la gente hablar de bebés inocentes—pero el salmista insiste
en que el fue formado en iniquidad y concebido en pecado. El no se
consideró a sí mismo inocente al nacer—pero ya depravado.
Otra vez, leemos en Jeremías 17:9, "engañoso es el corazón más que todas las cosas y perverso; ¿Quién lo conocerá?"
Veamos ahora en el Nuevo Testamento y primero en Romanos 3:10-18 (el cual es una cita del Salmo 14), donde leemos,
Como está escrito: No hay justo, ni aún uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta con su lengua engaña veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.
Y el mismo pensamiento está expresado poco después en Romanos 7:18, "y yo sé que en mí (esto es, en mi carne), no mora el bien."
Estos son algunos de
los muchos pasajes Escriturales, los cuales insisten acerca de la verdad
de que el hombre natural es totalmente corrupto. El hombre natural es
incapaz de hacer ningún bien de cualquier forma. El no puede complacer a
Dios. El no obedecerá la Santa ley de Dios. El no desea entrar a la
gloria eterna.
Sobre las bases de las claras enseñanzas de la Escritura, las antiguas confesiones de la Iglesia han insistido sobre esta misma verdad. Breve pero claramente, el Catecismo de Heidelberg enseña en la pregunta y respuesta 8, "Somos entonces tan corruptos de que somos totalmente incapaces de hacer ningún bien e inclinados a toda maldad? Verdaderamente, lo somos; excepto que seamos regenerados por el Espíritu de Dios."
La Confesión Belga declara en el Art. 14.
... y habiéndose hecho impío, perverso y corrupto en todos sus caminos, ha perdido todos los excelentes dones que había recibido de Dios, no quedándole de ellos más que pequeños restos, los cuales son suficientes para privar al hombre de toda excusa; ya que toda la luz que hay en nosotros se ha cambiado en tinieblas como nos enseñan las Escrituras, diciendo: La luz en las tinieblas resplandece y las tinieblas no prevalecieron contra ella; aquí San Juan llama tinieblas a los hombres ...
Y todo esto es una
prueba suficiente de que la Escritura y las antiguas confesiones de la
Iglesia de Cristo enseñan que el hombre por naturaleza es totalmente
depravado—esto es, el es incapaz de hacer ningún bien para nada.
Sin embargo, a pesar
de estas claras enseñanzas de la Escritura, muchos tratan de evadir y
aún negar esta verdad evidente por sí misma. Se ha enseñado que el
hombre es totalmente depravado, pero no que es absolutamente depravado.
A pesar de que la frase "total depravación" no debería permitir ninguna
sombra de duda concerniente al estado corrupto del hombre; algunos aún
insisten de que hay algo de bueno en el hombre natural. Por lo tanto,
ellos insisten de que el hombre no es absolutamente depravado. Se
utiliza la ilustración de una fanega de manzanas podridas. Esa fanega
podría ser descrita como totalmente podrida, si cada manzana tuviera
alguna parte podrida—sin embargo quizás también tiene algunas partes
buenas. La fanega de manzanas será absolutamente podrida si cada
manzana fuera totalmente podrida. Así, se dice que cada parte del ser
humano es tocada por la pobredumbre del pecado—pero cada parte no es
necesariamente completamente corrupta. Toda esta idea es una intención
de negar la total depravación y aún retener la expresión. El hombre es
un depravado, y esto es, completo—o él no es depravado.
Otras consideraciones
falsas con respecto al estado natural del hombre se han levantado en la
historia de la Iglesia. Hubo la opinión del Pelagianismo, el cual surgió
acerca de 400 años después de la ascención de Cristo. Pelagio, el
que dió origen a esta opinión dijo que cuando Adán pecó, el se lastimó
solo a sí mismo, su posterioridad no fue afectada. Posteriormente, el
sugirió que cada bebé que nace en el mundo nace en el mismo estado y
condición que Adán tenía antes de su caída. Cada bebé nace en esta
tierra perfecto y sin pecado. Como entonces, explicó Pelagio la
existencia del pecado en todos los hombres? El insistió de que nosotros
nos volvemos pecadores cuando imitamos a alguna otra persona. Tan pronto
como los bebés comienzan a imitar a sus padres o a otros que ellos
observen, ellos se vuelven pecadores y el camino de cambiar a los
pecadores otra vez en Santos es persuadiéndoles a ellos a imitar aquello
que es bueno. Está dentro de la capacidad de cada hombre, dice Pelagio,
el imitar el bien y merecer la vida eterna.
La idea del
Pelagianismo no es extraña a las iglesias hoy en día tampoco. De hecho,
es la base del "evangelio social" de nuestros días. Dentro de las
iglesias hay una fuerte campaña para cambiar las condiciones sociales de
nuestros días. Las iglesias están supuestas de ver de que haya mejor
vivienda para los pobres y para los grupos raciales de la minoría; ellos
deberán ver de que todos los hombres tengan cuidado médico adecuado y
una educación conveniente; ellos deberán estar en la delantera del
manejo por la integración. Entonces, de acuerdo a la teoría, si es que
llevamos a cabo nuestras metas en todas estas áreas, no estaríamos tan
preocupados mucho con el pecado, la maldad, y todas las formas de la
corrupción. Posiblemente no necesitaríamos más cárceles. El número de
policías podría ser reducido. No estaríamos más preocupados con la
delincuencia juvenil y adulta. Gradualmente, este mundo se volvería
cierta clase de utopía. Pero esto está basado en la vieja herejía de
Pelagio de que si la gente vive en buenos ambientes, si ellos pueden
imitar buenos ejemplos, entonces los hombres serían buenos. Toda esta
opinión niega la verdad Escritural de la depravación total.
Otro error es la
vista del Armenianismo. El Armenianismo, o libre—albedrío, esencialmente
por lo general negará la verdad de la depravación total. El Armenianismo
enseña que el hombre era verdaderamente totalmente depravado después de
la caída; pero inmediatamente después de la caída, Dios intervino por Su
gracia. La operación de esta gracia de Dios sobre todos los hombres
implica dos operaciones, las cuales mitigan la depravación. Primero, el
Armenianismo sostiene que, a pesar de que el hombre por sí mismo es
incapaz de hacer ningún bien, sin embargo, por una operación general de
la gracia de Dios sobre el, ahora el puede hacer una cierta medida de
bien.
Pero el Armenianismo enseña más. Sugiere que el hombre natural, aunque originalmente totalmente depravado es ahora capaz de aceptar a Cristo como su Salvador personal. El hombre a través del ejercicio de su propia voluntad puede rechazar o recibir al Salvador. El Armenianismo sugiere que el hombre puede recibir a Cristo solo por gracia—pero que cada individuo tiene la suficiente gracia dada a el por Dios para facilitar el aceptar a Cristo. La diferencia entre un hombre salvo y otro no salvo, de acuerdo al Armenianismo, no se lo va a encontrar en que uno reciba la gracia de Dios y el otro no lo hace, sino mas bien en la voluntad del hombre mismo. Esta opinión falsa del Armenianismo niega tanto la verdad Escritural, la cual enseña que el hombre por naturaleza está tan muerto en el pecado, que el nunca podrá "recibir a Cristo como a su Salvador personal."
Insistimos, en las
bases de los pasajes Escriturales, que he citado anteriormente, de que
el hombre está por naturaleza completamente muerto en el pecado.
Separado de Cristo el hombre no puede hacer ninguna cosa buena delante
de Dios. El hombre no puede hacer ningún bien "natural" o "cortés" en
esta tierra. Tampoco puede ningún hombre ejercitar su voluntad para
"aceptar" a Cristo—porque también su voluntad está limitada por el
pecado y la muerte.
Algunos han propuesto
que los hombres de este mundo, aquellos que están fuera de la iglesia,
también efectúan muchos buenos actos. El hombre, aparentemente, no es
siempre completamente depravado. Un cierto hombre rico puede dar un
millón de dólares para construir y mantener un hospital para
ayudar a la pobre y sufriente humanidad. Es esto pecado?—o es esto
bueno? Puede que su vecino no vaya a la iglesia o que ore—pero el tiene
una maravillosa relación con su familia. Es esto bueno o es malo? Un
hombre salva a un prójimo de ahogarse a riesgo de perder su propia vida.
Es esto bueno—o malo? Estas preguntas surgen, y con ellas la pregunta:
es el pecador de hecho realmente depravado?.
A la luz de la
Escritura debemos aún mantener que cualquier hombre fuera de Cristo peca
en cualquier cosa que el haga. Debemos ser bien cuidadosos de no
equivocarnos, que es lo que nosotros pensamos que es bueno como es bueno
en la opinión de Dios. El hombre ya sea que ama y sirve a Dios o no lo
hace. O el está con Cristo o en contra de El. Puede que el haga algo en
verdadera fe y para la gloria de Dios, o el lo hace en el servicio del
hombre y para su gloria. No hay entre medio. No hace ninguna diferencia
si el hombre da un millón de dólares para fundar un hospital o ya sea
que el tenga una buena vida familiar, o que el salve a individuos que se
estén ahogando—en todo esto, el hombre natural camina no por fe sino en
pecado y corrupción. Dios, por lo tanto, juzga cada una de sus acciones
como pecaminosas.
Si bien todos los
hombres son totalmente depravados, a pesar de que todas sus acciones
efectuadas por naturaleza son pecaminosas—aún hay obviamente,
variaciones que se ven en los hombres. Todos los hombres no pecan en el
mismo grado o de la misma manera. En primer lugar, el tipo y grado del
pecado de un hombre está determinado por la época en la cual vive.
Obviamente, hoy en día con nuestras radios, televisión y automóviles el
hombre puede pecar de muchas más maneras que sus antepasados no podían.
En segundo lugar, el pecado está limitado en gran cantidad por el
ambiente y las circunstancias. Un hombre rico tiene los medios para
pecar en muchas y más diferentes maneras que un hombre pobre. Pero ambos
pecan en todo lo que ellos hacen. En tercer lugar, el grado de pecado
está determinado por la edad de la persona. Un niño pequeño no peca de
muchas maneras como lo hace el adulto. Finalmente, el grado y tipo de
pecado en un hombre está muchas veces regulado por su propio respeto de
sí mismo—su propio y egoísta orgullo. Porque un hombre malvado vive en
una agradable y pacífica relación con su familia? No es porque la ley de
Dios así lo requiere, sino porque el comprende que es para su propio
beneficio, porque de esta manera, el vive en una relación decente con su
prójimo.
Pero porqué es tan
importante el que la iglesia enfatice esta verdad de la total
depravación? Porqué enfatizar la terrible corrupción del hombre? Si uno
no enfatiza esto, el eventualmente perderá todas las otras doctrinas
significantes de la Escritura. Uno no puede entender la expiación de la
cruz acertadamente, si es que el no comprende correctamente la enseñanza
Escritural de la depravación. Aquel que no comprende correctamente la
enseñanza Escritural de la depravación, aquel que no entiende
propiamente la depravación, seguramente que no podrá comprender
correctamente la Soberanía de Dios, quien hace todas las cosas en
armonía con Su propia voluntad.
Por lo tanto el
Cristiano deberá entender esta verdad y enseñarla a sus hijos
Y cada hijo de Dios
deberá vivir y caminar en la conciencia de la depravación del hombre
natural. No comiencen a admirar lo que el mundo es y lo que el mundo
produce. No comiencen a imitar y a envidiar al mundo. Reconozcan que
todos los hombres, incluidos nosotros, por naturaleza, estamos muertos
en el pecado. En mi carne, dijo Pablo no hay nada bueno. Pero entonces
comprendan que el creyente fue en otro tiempo liberado de tal
depravación, porque el ha sido redimido sólo y totalmente a través de la
sangre del Cordero.